A lo tonto ya llevo una semana aquí, así que, antes de meterme entre pecho y espalda 16 horas de autobús rumbo al Sur, voy a tratar de contaros como han transcurrido mis últimos días en Córdoba.
Tras algún -necesario- día de relax sin nada reseñable, salvo un conciertillo de uno de los ex-miembros de los Fabulosos Cadillacs en un "boliche" cercano al albergue y que empezó pasadas las dos de la mañana (y nos quejamos de los horarios de la sala El Sol), dedico el fin de semana a explorar algunos de los muchos lugares de interés cercanos a la capital. La verdad es que hubiera sido mucho mejor hacerlo con un coche, pero alquilarlo solo resulta caro (y ya reventé el presupuesto con el paracaidismo) y los colegas del albergue prefieren gastarse su modesto presupuesto en diarias juergas nocturnas que a veces me hacen sentir muuuy mayor.
Así que el sábado tomo un pequeño bus en la estación local que me lleva hasta Alta Gracia, una ciudad no demasiado especial si no fuera porque poseé la mejor conservada de las Haciendas Jesuíticas de Argentina, declarada patrimonio de la humanidad por la Unesco. Alberga un pequeño museo que explica muy bien las difíciles condiciones de vida en la época y, más impresionante aún, como construyeron la Iglesia y el enorme estanque que servía para el regadío de todo el complejo y que aún hoy preside el pueblo.
Pueblo que tiene entre sus más ilustres ex-habitantes al Ché Guevara, quién vino aquí cuando era niño buscando un clima benigno que aliviase sus crisis asmáticas. Y Manuel de Falla, quien también llegó huyendo de una profunda crisis, en este caso política, que presagiaba el inicio de la Guerra Civil Española.
Todavía con cierta emoción por haber visitado las casas museo de estos dos personajes (especialmente en el caso del Ché, y es que a pesar de la absoluta banalización de su figura, aún merece la pena creer en algo...no?), tomo otro bus rumbo al sur. En concreto a Villa General Belgrano, un pequeño pueblo enclavado en mitad de la sierra y fundado a principios de siglo por inmigrantes centroeuropeos, sobre todo alemanes y suizos. Así que, sorprendentemente, lo que allí encuentro son casitas de madera de aire alpino, carteles escritos en caracteres germánicos y fábricas de cerveza artesanal. Y es que, como si estuviéramos en Munich, en octubre se celebra aquí un concurrido Festival de la Cerveza. Y aunque el pueblo en sí no tiene mucho que ofrecer, las vistas en el camino de vuelta, a través de suaves montañas y bordeando infinidad de laguitos, merecen mucho la pena.
El domingo me dirijo hacia el Norte, a la localidad de La Cumbre. Un lugar al que los cordobeses van habitualmente los fines de semana y en el que se puede montar a caballo, hacer parapente, pasear con un 4x4... y un montón de actividades relacionadas con la naturaleza. Pero yo hoy escojo la opción económica y me voy simplemente a caminar, aprovechando que no hace tanto calor como los días pasados. Primero asciendo por un curioso via crucis hasta un Cristo Redentor situado en lo alto de una colina, y como sabe a poco continúo hasta una preciosa laguna situada a unos cinco kilómetros del pueblo. Pero a la vuelta tengo la gran idea de volver por el camino "alternativo" que señala el mapa, y tras pasar un par de puntos "conflictivos" que ya vereis en las fotos, y cuando ya había recorrido la mitad del camino, me encuentro con la valla de una propiedad privada que parece la mansión escondida de un narco y... media vuelta hasta la laguna.
Pero en un alarde de masoquismo rauliano, en vez de desandar el camino hasta La Cumbre, decido bajar hasta La Falda, el pueblito anterior, siguiendo el llamado Camino de los Artesanos, unos 10 kilómetros salpicados de granjas ecológicas, puestecillos "jipiosos" y, afortunadamente, un par de barecillos donde repostar.
Consecuencia: llego a Córdoba muy tarde, con 25 kilómetros en las piernas y el cuello de un precioso color rubí. Así que podéis imagnar a que he dedicado el día de hoy. Espero que a pesar de ello pueda dormir esta noche en el bus rumbo a la Patagonia...
03 diciembre 2007
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario