07 diciembre 2007
Cruzando La Pampa
Otra semana de esas de transición. O mejor dicho, de autobuses, mochila y hoteles baratos. Ahora mismo escribo desde la estación de Bahía Blanca, una ciudad al Sur de la provincia de Buenos Aires, mientras decido si voy del tirón a Península de Valdés o hago noche en Viedma, a mitad de camino, siguiendo los consejos de la dueña del precioso Café Histórico (un lugar lleno de cachivaches antiguos de toda clase) donde cené anoche. Pero bueno, aún falta más de una hora para que llegue el "colectivo", así que tengo tiempo de decidirme mientras os cuento...
Salí el lunes a medianoche de Córdoba en lo que iba a ser mi primer viaje nocturno. Y aunque los autobuses de larga distancia son aquí increíblemente cómodos, y viajando de noche se ahorra tiempo y dinero, no creo que repita si no es necesario. Y es que cómo envidio a esa gente que ronca como un lirón en cualquier sitio, ya sea en un bus a tres grados bajo cero o en el albergue mientras los del habitación de al lado se corren la juerga padre. Tendré que comprar dormidina!
Pero bueno, tampoco fue tan terrible... Algo pude dormir. Y mientras estaba medio despierto tuve la suerte de poder contemplar el soberbio espectáculo de una tormenta eléctrica como no había visto en la vida. Imaginaos viajando en la oscuridad y el silencio más absolutos, rotos cada pocos segundos por el latigazo de los rayos que caen por todas partes, iluminando la extensa y planísima extensión de La Pampa. Y todo durante más de dos horas y sin caer una gota de agua! Sobrecogedor.
Como Santa Rosa, la capital de la provincia. Sólo que esta sobrecoge por su absoluta falta de... todo. Bueno, no hay que exagerar, tiene la antigua estación de tren hoy abandonada que languidece frente a mi hotel, el brutal edificio de la gobernación al comienzo de la calle principal (donde soy testigo de la gran animación que provoca una manifestación antiabortista), y una bonita laguna al final de la calle principal desde la que veo atardecer. Ah!, y un según parece interesante Parque Natural a 200 y pico kilómetros, al que por más que lo intento no encuentro forma humana de llegar. Salvo por medio de un bus que me dejaría allí a las tres de la mañana y donde nadie es capaz de asegurarme si el único alojamiento posible, que no tiene teléfono, está abierto o no. Así que decido seguir rumbo al Sur al día siguiente.
Paso gran parte del día de viaje y cuando por fin llego a Bahía Blanca no encuentro ni una sola cama libre cerca del centro. Al final, tras un buen rato, encuentro una habitación en un hotel un tanto sospechoso... que al final no resulta serlo tanto. Y es que Bahía, como ciudad portuaria que es, tiene fama por sus "mujeres de mal vivir". Y como ciudad portuaria, pero extrañamente dispuesta de forma completamente ajena al mar, tiene una importante actividad comercial y una vida en la calle que después de Santa Rosa me parece la de Tokyo. Pero tampoco hay mucho que ver, así que tomo un bus al puerto de Ingeniero White, a unos cinco kilómetros del centro y visito un curiosísimo museo ferroviario donde se exhiben las piezas de los trenes desguazados y las herramientas utilizadas en su contrucción y mantenimiento... antes de su casi total desmantelamiento. Muy, muy didáctico. Como didácticas son las explicaciones de la familia que regenta el kiosquito donde -por fín- como un rico pescado, sobre como las empresas extranjeras han privatizado el puerto casi en su totalidad, echando de allí a los pescadores y llevando a aquel lugar la decadencia que se respira en sus calles.
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5 comentarios:
Raúl:
Mi nombre es Julio y aunque vivo en Rosario Argentina, soy oriundo de Santa Rosa La Pampa. Creo que por estar unos momentos en la Ciudad de Santa Rosa eso no te autoriza en lo mas mínimo a decir que carece de todo. Creo que la gente que juzga por impresiones fugaces directamente son ciegas. Espero que no te sientas ofendido por mi comentario como yo me sentí ofendido por el tuyo. A los lugares hay que percibirlos y conocerlos para luego hablar de ellos.
Amigo:
Creo que usted no recorrio ni la ciudad ni sus hoteles ,la ciudad de Santa Rosa cuenta con hoteles, casino y lugares de esparcimiento,es un punto de transferencia a casi todo el pais,es una pena que no haya podido apreciar la bondades de la cuidad.
Vivo en Buenos Aires, y Santa Roas es una de laas cuidades a la que elijo viajar cada vez que puedo por laamabilidad que caracteriza a su gente
Saludos
Ricardo Ruiz
Soy Licenciado en Turismo y vivo actualmente en la ciudad de Santa Rosa. Coincido con los demás colegas, sus apreciaciones no se corresponden con la realidad. Al contrario, Santa Rosa es el enclave turístico más importante de la provincia al contar con planta turística amplia y dispuesta para absorver los distintos flujos de visitantes que la recibe.
Lamento mucho que su capacidad de percibir la ciudad y conocimientos del sitio sean limitado. Una pena sus comentarios, hasta da la impresión de que ni siquiera anduvo por esta ciudad...
estas muy equivocado con lo que decis santa rosa es uno de los lugares mas bellos que he conocido tiene paz cosa que en muchos lugares no se encuentra
La verdad es penoso leer tu impresión sobre Santa Rosa, es evidente que no saliste del Hotel San Martín y de dos vueltas por el centro.
El Parque natural, al que aludís, es un Parque Nacional, el P. N. Lihué Calel y está a 220 km de Santa Rosa, como muchos parques nacionales en este y otros paises, no tienen servicios especiales para trasladar turistas, y si....tenes que tomar una combi y bajarte a las tres de la mañana, no hay alojamiento, llevate una carpita..y viveres....los guardaparques son muy amables te van a ayudar....y por si te olvidás no dejes basura tirada, la metés en una bolsita y te la llevás a la maravillosa ciudad de donde sos y la tirás ahi...Para contemplar lugares bellos a veces hay que sacrificarse un poco, no todo queda a dos corridas de taxi o a uns pocas estaciones de subte a lo que estás acostumbrado. Ciertamente Santa Rosa, no es un paraiso, pero cuenta con infinidad de servicios, tiene una excelente universidad..¿la viste?, y para esparcimiento (si bien no me agrada) tiene un Casino que no creo que tengan en la ciudad de Buenos Aires. Ahhh, me olvidaba a 32 km al sur de Santa Rosa, tenemos un bonito Parque seminatural, el Parque Luro, con unos maravillosos bosques de caldén y una bonita laguna salitrosa, con flamencos y otras aves acuáticas, al que podes acceder por una modica suma en un minibus, que te lleva y te trae a horas acordes a tu mente cerrada...jejejeje..¿estuviste en Santa Rosa, de verdad?
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