13 diciembre 2007

Puerto Madryn

Bichos, bichos y más bichos. Esos han sido los protagonistas de estos días aquí, en Puerto Madryn, que al final van a ser más de los previstos. Y es que esta ciudad, que ha crecido espectacularmente los últimos años gracias al turismo, resulta un lugar muy agradable para pasar unos días de relax, con una buena playa, buenos servicios y un montón de excursiones para hacer. Así que, cambiando otra vez los planes iniciales, me quedaré una noche más para dedicarme a cuestiones logísticas y... a tomar el sol en la playa. Por que lo de bañarse es sólo para los muy valientes.


Mi primer día aquí fuí, en un tour organizado, a Península Valdés. Un minibus recoge temprano en la ciudad a todos los mochileros y los lleva hasta allá, recorriendo más de 200 kilómetros de carreteras, gran parte de ellas de ripio. La primera parada es Punta Norte, donde habita una gran colonia de elefantes marinos, que en este tiempo están alimentando a sus crías. La lástima es que los grandes machos ya no están aquí, y no quiero pensar en su tamaño viendo el de las hembras y los juveniles tirados como sacos al sol. Así que pasamos allí un buen rato disfrutando de la vista espectacular y esperando sin éxito -que crueldad- que alguna orca se acerque a la playa para alimentarse con algún elefantito. Luego continuamos viaje hasta Puerto Pirámides, el único pueblo de la península y desde el que salen las embarcaciones para avistar ballenas francas. Y nada más zarpar, como si nos estuviera esperando, vemos un enorme ejemplar con su ballenato a apenas diez metros de nosotros. Y allí se queda, exhibiendo su cola cada poco, durante más de diez minutos. Es alucinante! Te quedas como cuando miras el fuego en una chimenea. Completamente embobado.


El día siguiente me lo tomo con tranquilidad y alquilo una bici para ir a una playa cercana donde hay un pequeño grupo de lobos marinos, de una especie mucho mayor que los que ví en Uruguay y también conocidos como leones marinos por la melena que lucen sus machos. Dicen que incluso se ven ballenas muy cerca de la costa desde allí, pero no hay suerte. En cambio a la vuelta, pedaleando por lo que parece un lugar dcompletamente desértico, puedo ver muy cerca de mí grandes grupos de guanacos, maras (o liebres patagónicas) e incluso una hembra de ñandú con un montón de crías corriendo detrás de ella. Me recuerdan al correcaminos de los dibujos animados...


El día de ayer fué el de las toninas y los pingüinos. Esta vez vamos hacia el sur para hacer la primera parada en Playa Unión, el puerto más cercano a Rawson, capital de la provincia de Chubut. De ahí tomamos una zodiac y en pocos minutos tenemos nadando alrededor nuestro a una velocidad endiablada a un monton de pequeños delfines blancos y negros, las toninas, que juegan con la embarcación. Son muy divertidas, pero sin duda la estrella de la mañana es un lobo marino despistado que aparece por allí, creyendo seguro que somos un barco pesquero, y se asoma curioso al interior de la barca buscando algo de comer. A veces parece incluso querer subir adentro! Luego continuamos hasta Punta Tombo, a más de 200 kilómetros de Puerto Madryn, donde habita la mayor colonia de pingüinos de Magallanes del planeta. Nos cuentan que este ha sido un buen año para ellos y que hay más de 250.000 individuos. Peo hasta que no llegas allí no te lo crees. Hay pingüinos por todas partes! Durmiendo a la sombra de un arbusto, yendo y viniendo por la arena camino de la playa, nadando en el mar... Y te los cruzas por el camino como quien se cruza con el vecino en el portal! Eso sí, según indican los carteles, hay que cederles el paso...


En cuanto "actualice" mi espacio en flickr, que ya está lleno, y seleccione entre los dos millones de fotos de bichos, colgaré unas cuantas. Más National Geographic en próximos capítulos.

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