Joooder, otra vez ha pasado una semana y no me he dado ni cuenta!
Y lo peor es que no he hecho gran cosa... Bueno sì, rascarme!
Y es que el dìa que tenìa pensado marcharme de Valparaìso amanecì con un montòn de granitos por todo el cuerpo, pero sin prestarles demasiada atenciòn cojì los bàrtulos y me dirijì a la estación caminando por las calles aùn semidesiertas.
Paso por las adoquinadas avenidas del centro aùn desperezàndose y por el bizarro mercado que ya empieza a poblarse de vendedores, mozos y fauna de diverso pelaje.
Pero cuando llego a la terminal resulta que no encuentro un billete para Mendoza hasta tres dìas despuès! Asì que, pensando que no podrìa haber escogido mejor lugar para "pinchar", vuelvo hacia el cerro Concepciòn casi podrìa decirse que contento.
Lo malo es que la mochila ya empieza a pesar y que los malditos granos pican màs y màs. Asì que, al pasar frente al hospital entro a ver si hay suerte y me atienden.
La sala de urgencias es pequeña, sucia y con la mitad de los asientos rotos. Y la fauna que por allì pulula, casi màs "exòtica" que la del mercado. Y yo con mi mochila... Pero afortunadamente no tengo que esperar mucho para que me diagnostiquen una sorprendente varicela!.
Un pelìn acojonado por las advertencias de la muy amable doctora me voy a buscar una habitación en un hotelito barato donde no pueda contagiar a nadie, porque mi cuarto de estos dìas ya està ocupado. Y menos mal!
Asì que paso un par de dìas tranquilos buscando rincones en los cerros que aùn no pisè y visitando lugares tan turìsticos como el cementerio o la antigua càrcel, hoy convertida en un centro cultural alternativo dirigido por un expresidiario cincuentòn con 25 años de condena a sus espaldas en 5 paìses diferentes, que despuès de contarme su vida me vende un diccionario que traduce la jerga del lumpen chileno al castellano. Còmo me arrepiento de no haber llevado la càmara conmigo para fotografiarme con mi muy peculiar tocayo!
Pero ni rastro de fiebre, dolor de cabeza o malestar alguno... salvo los granos cada vez màs abundantes y "picajosos".
Salgo para Mendoza el jueves por la mañana. La distancia no es mucha, pero una vez màs hay que cruzar la cordillera y pasar la aduana, por lo que no llego a mi destino hasta las siete de la tarde. Ahora bien, si el cruce de Los Andes es impresionante en cualquier punto, en èste lo es aùn màs. Al menos para mì. Y es que los habituales bosques y lagos del Sur se ven aquì sustituìdos por enormes montañas resecas y pedregosas que van del malva al verde, pasando por todos los tonos de ocres y rojizos. Curvas y màs curvas sobre pendientes imposibles, caprichosas formaciones geològicas como el Puente del Inca o restos de antiguas explotaciones mineras y destacamentos militares hoy abandonados hacen de este àrea un perfecto escenario para una hipotètica continuaciòn de Mad Max (aunque Mel Gibson ya està viejo...)
En Mendoza, tras confirmar con mi madre que sì pasè la varicela vuelvo al hospital.
Este es màs limpio y moderno que el de Valparaìso. Làstima que el abundante rastro de sangre que deja un herido que traen en camilla permanezca allì, frente a los sufridos pacientes de urgencias, durante un largo cuarto de hora.
Y el nuevo diagnòstico es... pulgas! Algo que yo ya habìa sospechado dada la enorme cantidad de "perros vagos" que dembulaban por la ciudad chilena y el deficiente estado de limpieza de mi primer alojamiento. Menos mal que no pude volver a èl!
Y que esto se soluciona sòlo en unos dìas con una cremita y un buen lavado de ropa...
Y Mendoza... pues bien, aunque palidece un poco despuès de Valpo (sì, a pesar de las pulgas). Y es que a finales del s.XIX un terremoto destruyò casi por completo el antiguo centro y ahora la ciudad es una cuadrìcula perfecta de arboladas avenidas, acogedoras plazas y generosas acequias. Algo que cuando lleguè me extrañò pero que, viendo como corrìa el agua por ellas tras las tormentas que han caìdo estos dìas, encuentro completamente lógico. Eso sì, de excursiones nada. Y no hablemos del Aconcagua! Arriba estàn bajo cero y ayer hasta hubo un muerto en el campamento base!
Menos mal que al menos hoy ha salido un poquito el sol y me he ido con un grupo a recorrer los viñedos y un par de bodegas en bicicleta. Por ver algo...
Pero ya no quiero esperar màs y mañana me voy para el Norte, aunque creo que por allì tambièn està cayendo mucha agua...
28 enero 2008
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2 comentarios:
Raul!!!
Me pasaron la dirección de tu blog y lo ojeo de vez en cuando.
Bonitas fotos, y buenos relatos (me recuerdan a las guías que solía traducir hace años).
Besos madrileños.
Estoy iguiendo tus relatos atentamente y veo que cada uno de ellos mejora al anterior, pero echo en falta una mayor profundidad en lo relativo a costumbres y arquetipos locales, supongo que esto lo reservas para un proximo libro que sin duda escribiras.
Mi felicitación por un buen trabajo
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